Portada del libro "The myth of the irrational voter" de Bryan Caplan. Princenton University Press. 276 páginas.
„Las señales de cambio climático nos ofrecen ahora la posibilidad de cometer espléndidos errores, de terroríficos efectos a nivel planetario. (...) Combustible limpio. Suena bien,¿no?. Hemos conseguido un combustible caro, con un proceso de fabricación contaminante y dañino para los bosques (que absorven carbónico). Hemos conseguido además disparar el precio de los cereales y condenar al hambre a cientos de millones de peronas en todo el mundo“
Enric Gonzáles (en Egoístas, maniáticos y desinformados. Diaro El país. Página de opinión.Domingo 27.04.08. Página 10. Edición Europa)
Lo arriba transcrito de la columna „Un asunto marginal“ de Enric Gonzáles, son algunos de los comentarios que acarrea el candente tema de los biocombustibles (que no sé por qué llevan ese nombre, de bio no tienen nada, porque en vez de mitigar un problema, agrava por otro parte la situación del medio ambiente). En su columna recomienda (¿o no es así?) leer el libro „El mito del votante racional“ de Bryan Caplan. A continuación transcribimos lo que publica sobre el tema la revista mensual Le Monde Diplomatique en su edición de mayo. El título es „Motines de hambre“, escrito por Josep Ramonet:
"Ya son más de treinta y siete los países en los que la inseguridad alimentaria ha provocado protestas. Las primeras tuvieron lugar en México el año pasado por el aumento exagerado del precio del maíz. También en Myanmar (antigua Birmania) la insurrección de los monjes, en septiembre de 2007, comenzó por manifestaciones de descontento contra la carestía de los alimentos. Y en las últimas semanas hemos asistido a tumultos en diversas ciudades de Egipto, Marruecos, Haití, Filipinas, Indonesia, Pakistán, Bangladés, Malasia y sobre todo de África Occidental (Senegal, Costa de Marfil, Camerún y Burkina Faso)".
Para leer el artículo completo de Ramonet: www.monde-diplomatique.es
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