Un día como hoy *, hace 40 años, ejecutaron a un hombre y nació una leyenda. Era Ernesto Guevara, el Che. Eso de leyenda podrá discutirse. Sus detractores se desgarran las vestiduras, porque no lo quieren, lo odian; y sus admiradores –que no se sabe cuantos son- lo idolatran.
El Che fue ejecutado en Vallegrande, Bolivia y sus restos, dicen ahora, que están en Santa Clara, Cuba. Sin embargo, estén donde estén, sus restos están regados por todo el mundo. Así como su imagen, multiplicada hasta en la piel de los que lo que lo quieren: el Che es una figura global. No existe ninguna persona sobre la tierra cuyo rostro sea más conocido como la del Che. Se le quiere y se le odia.
Sin embargo, el Che es más que un icono global, dicen que fue sagaz e inteligente, un hombre que se adelantó a su tiempo, sin duda alguna. Para confirmar esa afirmación hay que, suponemos, leerlo. Revisar sus escritos y encontrar cosas que hoy por hoy han caído en el olvido.
La figura del Che va más allá del mito del guerrillero que se fue al monte a tirar tiros y acabó muerto. El Che era culto, inteligente y llevaba siempre en la mochila un libro de poemas. Muchos se preguntan hoy: de haber estado vivo el Che, ¿qué hubiera hecho y que hubiera sido?. ¿Político, asesor, escritor, dictador?.
Hoy se le rinde homenaje en Vallegrande, Bolivia, donde cayó abatido hace cuatro décadas. Igualmente, en Santa Clara, Cuba. Desde hace unos días, la localidad de Valle Grande soporta una gran afluencia de público que ha colapsado ese pueblo tan diminuto. Hasta allí se han acercado más 15 mil personas para estar en los homenajes a 40 años de su ejecución.
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