DEL JUEGO DE LA PELOTA EN MESOAMÉRICA HASTA LA EUROCOPA 2008
por Eréndira Estrada
Estamos en época de fútbol. Ayer se inició la Eurocopa, jugandose los primeros partidos: Suiza contra la República Checa, y, Turquía contra Portuga. La importancia de esta disciplina no tiene precendentes, “el mundo unido por un balón”, rezaba el lema de México 86; los mundiales, copas internacionales o simplemente torneos menores juntan familias, resuelven viejas disputas para después crear otras nuevas; se levantan treguas , se viven tiempos de paz y enorme felicidad, cada quien porta su bandera; ya sea tatuada en la piel o simplemente usándola colgada como capa, cual luchador entrando al rin de pelea. Se desprenden tantas emociones, amor, coraje, nervios, solidaridad, rivalidad y tantas más, que llenaríamos páginas enteras para enlistarlas.
El caso es que así como ahora el fútbol se ha convertido en un artículo de primerísima necesidad para la satisfacción de la raza humana y, sobre todo , para las grandes empresas que se reparten jugosas cantidades millonarias por un partido que no dura más allá de las dos horas; desde tiempos remotos, y no me refiero precisamente a fines de la edad media en las islas británicas donde se jugaban juegos de equipos que se conocían como códigos de futbol, esta actividad, mejor conocida como juego de pelota ya se practicaba hace más de 3.500 años en Mesoamérica y se le considera el antecedente del balompié.
Claro que las reglas han cambiado mucho para fortuna de los jugadores, quienes ya no tendrán que ser sacrificados para venerar a los dioses, sin embargo el juego de pelota prehispánico de ser una práctica ancestral milenaria por su caracter ritual, su importancia rebasaba las fronteras políticas y probablemente económicas, por lo que se le podría comparar a lo que sucede también hoy en día.
El juego de pelota, llamado por los aztecas tlachtli, y por los mayas pokolpok, tiene sus orígenes dentro de la cultura olmeca, considerada durante mucho tiempo como “la madre de la civilización mesoamericana”, y fue hace más de 3.500 años cuando al parecer, por descubrimientos arqueológicos, que ya se practicaba este juego que terminaba probablemente, según Castro Leal, en su libro “El juego de pelota” con algún sacrificio humano y que las cabezas monolíticas representativas de esta cultura hicieran referencia a los jugadores decapitados.
A diferencia de los uniformes actuales hechos con telas inteligentes que permiten la regulación del microclima en el cuerpo, los antiguos aztecas eran, por decirlo de alguna manera, mucho más orgánicos, su vestimenta consistía, según estudios recientes, en una faldilla hecha de cuero de venado, algodón, cestería o madera, los codos, rodillas y tobillos iban protegidos, mientras que los pies estaban descalzos, también vestían caretas de mimbres y cascos. En algunas regiones los jugadores anadían a su vestimenta penachos de plumas.
La pelota, elemento básico de esta actividad, estaba hecha a base de hule, ulli, en náhuatl, y pese a que el latex fue descubierto 3.500 años después, los pueblos mesoamericanos ya le daban gran utilidad a esta goma.
La cancha del juego de pelota tenía varias formas, según el sitio donde se practicara, había en forma de I latina o de T, por mencionar algunas, hasta ahora se han encontrado 13 diferentes, pero todas ellas tienen en común una superficie plana y lineal delimitada por dos edificios paralelos, algunas tenían anillos fijados a las paredes parecidos a las canastas de basquetbol pero horizontales, otras tenían altares o edificaciones en la parte superior, pero todas ellas eran el reflejo de la bóveda celeste, el patio central representaba el camino que seguían los dioses al firmamento.
Para los mayas el juego de pelota representaba la vida, la muerte y la reencarnación. Dentro de las páginas del Popol Vuh “los dioses gemelos bajan al infierno para jugar el juego de pelota contra los demonios. Ellos bajan porque quieren recoger los huesos de la gente, para crear una nueva raza de humanos. Los gemelos ganan el partido y los demonios les dan los huesos.” Texto extraído de wikipedia.
Los aztecas, por su parte, tenían reglas de oro, el objetivo del partido era introducir la pelota de caucho dentro de unos anillos de piedra fijados en las paredes laterales de la cancha, con la consigna de no tocarlos con las manos o con los pies. La afición era tal que hasta se originaban apuestas donde esclavos, oro o plumas preciosas eran ofrecidos como prenda a cambio de ganar la partida.
Los equipos podían estar formados de una a siete personas, con un juez que seguía puntualmente los movimientos de los jugadores que se apropiaban de toda la cancha, la cual estaba dividida en dos partes, se lanzaban pases y los tantos se obtenían cuando la pelota era tocada por una parte del cuerpo no permitida. Se contaba una falta cuando un jugador pateaba con el pie la pelota, sólo se podía tocar con la cadera, el antebrazo, la mano, mazo o algún otro artilugio autorizado. Al momento de que la bola atravesaba el aro el equipo obtenía el triunfo, sin embargo este hecho era exepcional.
Después de la llegada de los españoles, esta actividad fue prohibida por Torquemada sin que desapareciera del todo, incluso hay regiones en México donde aún se practica el juego de pelota, la fuerza cultural y el simbolismo plasmado en esta actividad respecto a dioses, la cosmología y la guerra hicieron del juego de pelota una forma de vida indispensable para la continuidad de la existencia en la tierra.
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